No es muy conocida por los ciudadanos, pero la biomasa sigue siendo una de las energías renovables principales hoy en día. Las energías renovables están cada vez más presentes en nuestro país, habiendo supuesto casi el 50% de la producción de electricidad generada en España el pasado año 2021.
Esto también nos coloca por encima de la meta del 20% marcada por la Unión Europea.
Según la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), la energía renovable procedente de biomasa fue la más frecuente en 2020.
Existen dos tipos de biomasa forestal: la primaria, que se obtiene directamente del ecosistema, y la secundaria o residual, que es un subproducto que puede proceder de procesos industriales.
El proceso para reutilizar la biomasa y convertirla en otros productos pasa por la entrada en escena de los biocombustibles, como podrían ser los sólidos, por ejemplo una especie de “balas” con un gran poder calorífico, creadas aplicando presión al serrín gaseosos, y líquidos, como por ejemplo el biodiésel.
Fuente: fundación aquae
Según unos estudios, se estima que la biomasa podría llegar a reducir entre un 65% y un 70% de las emisiones de CO2 que habrían generado otras fuentes energéticas.
De cara al futuro, se espera que la biomasa forestal pueda utilizarse en muchas nuevas aplicaciones, aunque actualmente se está trabajando para mejorar, agilizar y facilitar las formas de extracción de este producto.
Pero, dejando esto a un lado, tiene una gran ventaja, que es que procede de los bosques, los cuales son el sumidero de carbono más importante del planeta después de los océanos. La demanda de biomasa como recurso energético ha fomentado que haya más gestión forestal, que es imprescindible para favorecer el crecimiento de la vegetación. En resumen, la biomasa contribuye a la reducción de emisiones no solo por su conversión en energía renovable, sino también por su papel a la hora de poblar de vegetación los bosques.
En conclusión: pese a que esta energía renovable es bastante poco conocida, podría considerarse el futuro del origen de la electricidad que consumamos. Y, mientras las energías renovables sigan en crecimiento, los conocimientos sobre la biomasa y sus aplicaciones también lo harán.
Autora: Ángela Sánchez Francés